22 de agosto de 2015

NO SE MATA LA VERDAD MATANDO PERIODISTAS: MARCHA POR LA PAZ


Ma. Elena Ruíz

Periodistas, activistas y ciudadanos se hicieron presentes una vez más en otra de las protestas para exigir justicia por la muerte de Rubén Espinosa y Nadia Vera, en ésta ocasión en la “Marcha por la paz” para levantar la voz por los periodistas que han sido asesinados en lo que va de la administración de Javier Duarte de Ochoa y por los activistas que al igual que muchos comunicadores han sido víctimas de la intolerancia hacia su trabajo. De esta forma, el pasado 10 de agosto, la población se dio cita en plaza Regina, para lamentar los hechos ocurridos en el estado que ha dejado de ser un lugar en el que “No pasa nada”; así, aún a pesar de que se quiso opacar y confundir a los asistentes con “acarreados”, con individuos comprados que no sabían siquiera qué hacían en los alrededores del palacio de gobierno de la ciudad capital, pero que se encontraban en el lugar para evitar que se llevara a cabo tal y como la llamaron los periodistas, “una protesta de lucha”.

Durante el lapso que demoró en iniciar la marcha, Hipólito Rodríguez, aprovechó para en entrevista compartir que “no hay paz en Veracruz, y la prueba es que estamos todos aquí reunidos para decir eso, queremos paz, una paz efectiva. Él – Javier Duarte- va a sostener que no tiene nada que ver con el crimen que ocurrió en la ciudad de México, no creemos que sea una persona tan tonta, es evidente que es su equipo de gobierno el que está generando las situaciones de inseguridad en el Estado, y él es el responsable del comportamiento  de la gente que gobierna con él; desde el Director de Seguridad Pública de Xalapa, hasta llegar al director o al Secretario de Gobierno de Veracruz. Y exigimos como ciudadanos que dejen de poner la cara alegre de que ellos están en paz cuando Veracruz no está en paz.” Asimismo agregó que al Gobernador del Estado “se le escurre toda posibilidad de crítica o autocrítica y es muy lamentable que eso pase. Cuando un gobernador no se da cuenta de lo que pasa en su estado es porque verdaderamente no quiere oír. Tiene que darle condiciones de trabajo a ustedes – los periodistas – sin periodistas no hay democracia. Pensar que él es el único responsable, es una equivocación, el problema es el equipo de gobierno de este señor; tienen que interrogar (…) sobre todo a los que son responsables de la seguridad pública del Estado. Él se va a lavar las manos, pues ¿qué le queda?”

De esta forma, alrededor de las 5:30 de la tarde comenzó la marcha por la paz, entre los intentos fallidos de sabotaje por parte de grupos afiliados al PRI, organizaciones y/o sindicatos con bocinas, banderines y demás artículos para confundir a los asistentes.

En tanto, entre pancartas con frases de reproche encabezadas por “#Justicia para Nadia Vera, #Justicia para Rubén Espinosa. Sabemos quién fue”, así como “no se mata la verdad matando periodistas” y “la libertad de expresión está de luto. Basta ya de violencia en Veracruz. Justicia para Regina Martínez y otros periodistas asesinados”, además, entre consignas de los asistentes con palabras de repudio hacia el gobierno de Duarte, frases gritadas durante un largo recorrido que tenía como destino la Casa Veracruz, con micrófono en mano cada uno de los periodistas tomaba su turno para alzar la voz con frases como “gobierno fascista que mata periodistas”, “ni perdón, ni olvido, castigo a los asesinos”, “fue el estado” y algunas lonas con la imagen de un Javier Duarte tirano, con la fotografía que el mismo Rubén Espinosa tomó y que fue portada de Proceso; rodeada con los nombres de los 14 periodistas caídos en el Estado, entre ellos Regina Martínez, Gregorio Jiménez, Moisés Sánchez y Rubén Espinosa, los casos más conocidos. Ante los ojos atónitos de peatones que se sumaban a la protesta y tomaban fotografías, y de  automovilistas que abrían el paso a la caravana, así como de policías y agentes de tránsito que caminaban a la par de los marchantes tomando nota de cada uno de sus pasos.  De esta manera, antes de llegar a la residencia del gobernador se pronunciaron las consignas “ya vamos llegando y Duarte está temblando” y “los policías no son trabajadores, son el mando armado de los opresores”, “gobierno tirano que matas al hermano”.

Al llegar a las instalaciones de la Casa Veracruz, lugar donde reside el gobernador Javier Duarte de Ochoa y su familia, los periodistas, entre ellos Norma Trujillo colocaron  veladoras, flores blancas, fotografías de Rubén Espinosa y pancartas dirigidas al gobernador, entre las que le cuestionaban  “¿Y si los siguientes son tus hijos?, ¿y si la siguiente fuera tu esposa?, seguirías diciendo en Veracruz no pasa nada”, así como, “Mancera, no protejas a Javier Duarte; detrás del asesinato de catorce periodistas en el estado de Veracruz. Detrás de la censura contra la libertad de expresión; detrás de la impunidad”. Mismo lugar en el que se gritaron consignas en las que se acusaba directamente  a Duarte de Ochoa, “fuiste tú, Javier Duarte fuiste tú” y, “fue el Estado” así como, “que la puerca tuerza el rabo, fuera Duarte del Estado”, además del pase de lista de los periodistas y activistas que han perdido la vida en el cumplimiento de su labor, también por Yesenia, Mile y Alejandra muertas en la colonia Narvarte de la Ciudad de México.

De igual forma, al tomar el micrófono, Norma Trujillo recordó a Rubén Espinosa y afirmó que el periodista sí presentó denuncias ante instancias como la Comisión Estatal de Derechos Humanos  y la PGR contrario a lo que aseguran las autoridades, refirió que el fotoperiodista le compartió “estoy aquí, no quiero ser el siguiente, no quiero ser el 10”.

Rubén “fue un periodista que siempre se preocupó por los demás”, refirió Norma Trujillo, “estaba convencido que el cambio, la dignificación del periodismo está en las nuevas generaciones; a Rubén lo mataron, pero hoy está aquí acompañándonos como siempre lo hacía, y sus amigos aquí seguimos y seguiremos”.

Pronto comenzaron las declaraciones.  “Lo que vivió Nadia Vera y lo que vivió Rubén Espinosa  es el pan de cada día para cada uno de nosotros y está recrudeciendo”; “creo que esto que está pasando me recuerda el sacrificio de muchos hombres y mujeres en América Latina, México, han ofrendado su vida al servicio de la verdad, y la muerte de Rubén responde a la violencia que ejerce el Estado pero también refleja la valentía, la búsqueda de la verdad, el ser voz de otros(…) cuando suceden cosas, se arriesgan”.

De esta forma, entre palabras y declaraciones de amigos de la activista Nadia Vera y del fotoperiodista Rubén Espinosa culminó la “Marcha por la paz”, con la presencia encubierta de personal de Duarte, que vigilaban desde la puerta de la cochera al pequeño grupo de personas que se encontraban en el sitio y que ante la aparición de las cámaras de los reporteros cerraron tan rápido que fue imposible poder captarlos. Finalmente ante las miradas de los guardias de seguridad del Gobernador con teléfono en mano y cámaras para registrar a los periodistas y activistas, los organizadores de la marcha invitaron a los asistentes a partir del lugar en conjunto para evitar cualquier inconveniente, hasta llegar a la Plaza Regina, lugar en donde colocaron una ofrenda con veladoras y flores blancas al fotoperiodista Rubén Espinosa, donde se despidieron para seguir su camino.

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